Una de las primeras señales que tendremos de que nuestros hijos tienen fiebre, es sentirlos calientes al tocarlos.  Pero “la mano” no siempre es confiable y necesitaremos saber la temperatura para tomar decisiones informadas  y de beneficio para nuestros hijos. 

En general hay dos clases de termómetros disponibles comercialmente: los digitales y los de mercurio.  No se recomienda usar los de mercurio; hoy en día sabemos que al romperse, podrían exponernos a niveles tóxicos de mercurio.  Sin embargo, la mayor parte de los termómetros digitales son accesibles, rápidos y fáciles de usar.  Orientarnos sobre los diferentes tipos de termómetros y su uso correcto, nos ayudará a decidir cuál es el mejor para nosotros.

  • Los rectales son los más recomendados en pediatría por su precisión.  
    • Debemos lubricar la punta del termómetro (petrolato en ungüento, etc.)
    • Podemos acostar al niño “boca arriba” y subir las piernitas hacia el pecho; prender  el termómetro e introducirlo con cuidado en el ano ½ – 1 pulgada (1/2 en bebés menores de 6 meses) con asertividad y seguridad.  El termómetro debe entrar sin problema; si hay resistencia, debemos parar y retirarlo.  Sostenemos las piernitas para evitar movimientos abruptos, debemos esperar a que el termómetro le de la señal de que ha realizado la toma de temperatura.  Otra técnica es acostando al bebé sobre una superficie plana o nuestras piernas, boca abajo e introducir el termómetro con cuidado. 
    • Al terminar, retiramos el termómetro con cuidado y lo desinfectamos con agua y jabón o alcohol al 70%. Debemos recordar marcar el termómetro como de uso rectal, para evitar que se use accidentalmente para temperatura oral.
  • Los que toman la temperatura de la frente o lado de la cabeza (de contacto o “infrarrojos” sin contacto), son los segundos más recomendados y también son confiables.
    • Debemos seguir las instrucciones del empaque para saber hacia dónde apuntar el termómetro
    • Debemos estar tranquilos ya que los termómetros infrarrojos son seguros para nuestros niños; las ondas de calor del niño van al termómetro; el termómetro no emite su luz al niño.
  • Los termómetros orales y de oído son precisos si se utilizan correctamente.  Si tenemos uno de estos, debemos corroborar la técnica con nuestro Pediatra en una de las visitas. 
    • Temperatura oral – para niños mayores de 4 años
      • Dirigimos el termómetro por debajo de la lengua hacia uno de sus lados y hacia atrás. El niño puede sostener el termómetro con sus manos y sus labios (no con los dientitos). 
      • Los labios deben estar cerrados hasta que el termómetro termine de tomar la temperatura. 
      • Si el niño comió o tomó alimentos calientes o fríos, debemos esperar 30 min antes de tomarle la temperatura oral.  
  • Temperatura de oído – para niños mayores de 6 meses 
        • Halar con cuidado la orejita hacia atrás y hacia arriba antes de meter el termómetro (en el caso de los bebés de 6-12 meses, halar hacia atrás es suficiente). 
        • Apuntar el termómetro a la zona entre el oído y el ojito del lado opuesto de la cabeza. 
  • Los de axila, los de “bobo” y los de “tira o regla para la frente” – estos son los menos precisos y no los debemos usar si tenemos mejores alternativas disponibles. 

¡Salud!

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